El Yugo de la Monarquía (Vaieji)
Hay algo detrás del trono más grande que el mismo Rey. -William Pitt El Viejo Chatham

Jacobo está en su lecho de muerte y llama a sus hijos para una última despedida. Comparte sus palabras de despedida; algunas son duras reprimendas y otras son bendiciones efusivas. El hijo que recibe las bendiciones más abundantes es Iosef, el favorito de Jacobo. Lo siguiente es una parte de la bendición.
“El Dios de la [casa] de tu padre, que te ayuda,
Y Shaddai que te bendice
Con bendiciones del cielo arriba,
Bendiciones del abismo que se esconde debajo,
Bendiciones del pecho y matriz.
Las bendiciones de tu padre
Superan las bendiciones de mis antepasados,
Hasta los confines de las colinas eternas.
Descansen sobre la cabeza de Iosef,
sobre la frente de los escogidos de sus hermanos.”
El Bat Ayin en Génesis 47:31 se pregunta por qué, además de ser el hijo predilecto de Jacobo, Iosef recibe una bendición tan magnánima y tanto respeto de parte de Jacobo, al punto que Jacobo se inclina ante Iosef, indicando que consideraba que Iosef tenía el atributo de la realeza.
Él explica que había algo único en Iosef que lo llevó a un éxito tan extravagante en la vida, incluso convertirse en el gobernante de facto del imperio egipcio, además de recibir las bendiciones eternas de Jacobo y su deferencia. Lo que hizo destacar a Iosef es que siempre tuvo en cuenta que Dios era su Rey y nadie más.
Cuando Iosef es seducido por la esposa de Potifar, Iosef permanece firme y mantiene al frente y al centro su obediencia y lealtad a Dios. Incluso cuando es liberado milagrosamente de su encarcelamiento y llevado ante Faraón, Iosef no olvida ni por un momento que Dios está a cargo, ni Iosef duda en decírselo al Faraón. Esa firme devoción al verdadero Monarca del Mundo es lo que irónicamente lo libera de cualquier otro monarca o servidumbre. Al ponerse de lleno bajo el yugo de Dios, se libera del yugo del trabajo o de la servidumbre humana. Ya no necesita preocuparse por su sustento físico ni por los gobernantes humanos. Ese es un aspecto de la Realeza que Jacobo vio en Iosef y ante el cual se inclinó.
Que encontremos maneras de aumentar nuestro servicio a Dios y reducir nuestra sumisión a los amos materiales.
Shabat Shalom,
Ben-Tzion
Dedicación
Al gran rabino británico, Sir Ephraim Mirvis, al ser nombrado caballero por el rey Carlos III.